SOLOMIA
Yo soy… Un hombre, cis, homosexual (mariquita, puto, …), neuroconvergente, y así podría seguir y seguir llenando de categorías y clasificaciones, pero… ¿Quién soy yo…? No es tan fácil como se supone. Soy hombre, pero ¿qué quiere decir esto? A la ligera deja suponer que es lo que tú que lees entiendes que es un hombre. ¿Y para los demás? ¿Es igual? Pensar en “Hombres” es pensar en que quiere decir para los otros el ser hombre, y que quiso decir para mis abuelos, padres, tíos, primos y así hasta el infinito… es decir un montón de discursos que se cruzan. Todos estos discursos terminaron convenciéndome que es ser un hombre. Entonces puedo decir “yo soy semejante a aquel a quien, reconociéndolo como hombre, (me) fundo [como hombre] para reconocerme como tal” (Bassols 2021). Entonces soy un hombre para ellos, ¿Y para mí?... ¿Por qué para ellos? ¿Y yo?
Cis, de cisgénero ¿Y esto? Que moderno, algo que me saque de la normalidad normativa… ¿Será? Sería más o menos así: aquel que se considera igual al supuesto sexo anatómico al nacer… Entonces es natural… o ¿No? ¿Así de simple?... Pues no. La ciencia y sus taxonomías, aunque hacen esfuerzos en catalogarme, no encuentro allí quien yo soy. Ahora si… “Homosexual”, ¿Pero esto no es una categoría binaria? Macho/Hembra, Hombre/Mujer, Hetero/Homo y así miles de parejas. ¿Qué de todo esto cruza los discursos de la diversidad a la que me adscribo y que he consumido/aprendido durante mis últimos 55 años?... ¿Me encuentro allí? ¿Encontré a un igual? ¿Alguien de mí misma especie que me permita catalogarme/conocerme mejor?... Y no… Pensaba que era un pecador y aprendí que no, no sin dolor. Pensaba que era antinatural y aprendí que nada es natural por pertenecer a la especie de los seres que podemos hablar y pensar.
Leí hace poco que lo sexual siempre te impulsa en busca de otro, que estrictamente hablando es diferente a mí (porque ya dije que no encontré a nadie igual a mi), por lo tanto, ¿seria “Hetero” (porque busco lo diferente)? Y me asusto. ¡¡¡¡Un mariquita hetero que se pregunta por su forma de ser!!!! Así llegue a lo “Queer” que aborda la cuestión del sexo en una crítica radical a la noción de la diferencia y del binarismo sexual (simplificando mucho). Pero… tampoco me identifico en el universal queer, porque algo de conservador encuentro en mí. Entonces, yo sería yo, y jamás en oposición a otro binario. Sería un Uno sin Otro, un yo mismo. Y me descubro “SoloMia”, con una “SodoMia” única. La mía, la que me permite en mi erótica relacionarme con otros cuerpos o cuerpas ¿Porque no?
Esta trayectoria de unas 500 palabras intenta dar cuenta de mis últimos 55 años, no sin dolor, no sin incertidumbre, no sin amor. Pero imágenes que recorren mis recuerdos, mis miradas… lascivas, eróticas y amorosas… las mías… SoloMia(s). Imágenes simbólicas que permiten el encuentro con lo real, donde el deseo sexual es una de las posibilidades, la angustia, la risa, el asombro, el disfrute… Y tantas otras. Imágenes que surgen de la memoria, de los olores, de las iglesias, de las pantallas, de los deseos, de los espejos…De mi cuerpo, de mi carne, de mi alma… De mi cámara.
Bernardo Puente
Junio, 2024.